Lo primero que quería decirte es que eres un soberano hijo de puta. Que estas cosas no se hacen sin avisar y que me parece una falta de consideración y respeto y que lo único que has hecho es joderme la vida por una mierda de muerdo que encima me dejó insatisfecha.
Ahora sólo tengo problemas. Si, problemas, porque las películas y los libros lo pintan todo muy bonito pero tu me contarás que coño hago con este aspecto tan gótico que me has dado, que me estoy dejando el puto sueldo en corrector de ojos y base de maquillaje porque estas malditas ojeras no las disimulo ni aunque las frote con Blanco España, que lo he intentado hacer pasar por smooky eyes effect pero a mis amigas ya les empieza a mosquear que no salga fácilmente aunque yo insista que es maquillaje waterproof.
Además del dentista... Ya verás tú como se me pique un colmillo y me tengan que matar el nervio, ¿a que no vas a sufrir tu la experiencia? Y ya mucho menos pagarlo, porque ¡esa es otra! ¡Si ni siquiera eres conde! Menudo cabrón...
A todo esto dime que leches hago para ahora ganarme la vida, ¡que tengo una hipoteca por el amor de Dios!, porque entre que tengo que ir por ahí comiéndome literalmente a la gente y que sólo puedo hacer vida nocturna, dime, si tienes huevos, un trabajo respetable para una mujer en este rango horarios y que encima la gente no sea cotilla y vaya diciendo: "¡Si es que se tira al cuello de cualquiera!" Venga sí, ahora a criar fama, yo que he sido siempre tan decente.
Por ya no hablar de mi piso. ¿Me cuentas como encajo el ataúd en la nueva decoración pop art del salón? Dado que es la única habitación en la que me cabe...Y a todo esto ¿que le digo yo a mi madre? - Mamá esque no entendía bien los nombres de las piezas de las instrucciones de Ikea del nuevo sillón.- ¡Hombre, por favor!
Si de lo único que me puedo alegrar de todo esto es de lo que me ahorro en tampones...
Asique chupóptero del carajo, haz el favor de dejar de convertirte en niebla cada vez que me ves y de esfumarte, que cada vez que lo haces, me hierve la sangre de la última comida y me gusta hacer bien la digestión. Planta cara y presenta por una vez tu jodida forma de "hombre" aunque no sé yo si tendrás cojones.
Si, si, echa a volar, que no tienes eternidad para esconderte.
Llevábamos paseando un buen rato hablando de cosas varias entre ellas películas y había salido a colación la curiosa escena de "Memorias de una Geisha" en la que la maestra le dice a la aprendiz que no se podrá considerar una verdadera geisha hasta que no consiga que un hombre se pare en seco únicamente con una mirada. La aprendiz duda, la maestra le pide que le elija cualquier hombre y se lo demuestra. Siendo buena alumna, la aprendiz lo intenta posteriormente y lo consigue organizando un pequeño revuelo en el mercado al hacer que un chico se choque contra un puesto y un carro. Ahora él me retaba a mi mirándome divertido y con sonrisa juguetona, los codos apoyados el respaldo de un banco y sentado de forma holgazana y desenfadada, vistiendo una camiseta amarilla con un símbolo en rojo de Alice Cooper y unos pantalones negros ajustados.
- ¿Y a quien quieres que mire? ¿A ti? Le dije poniéndole mirada de "te vigilo" en plan Barney Stinson.
- Pufff.... jajaja, no- me dijo apoyando una mano en mi cara y echándome hacia atrás.- Además conmigo lo tendrías muy fácil.
- Entonces... ¿A alguien que pase caminando por la calle?
- Mejor. En la película el chico al que mira iba en bicicleta... A ti te toca un coche.
- Estas como una puta cabra jajajajaja.
- Lo sé, pero es que tiene que ser divertido.- se le veía deleitándose simplemente pensando en la idea.- Además dado que llevas pantalón hasta los tobillos y una camisa de botones en la que no enseñas escote y que cubre incluso los hombros, el reto es aun mayor ya que no llevas indumentaria que te ponga las cosas fáciles.
- Bueno, aunque como siempre digo, los tacones son un plus- le dije sacándole la lengua.- Pero si lo consigo ¿que me gano?
- Un helado...un calipo...- le meto un puño por salido, descojonado continúa- nah, el que quieras.
- Ok, me parece justo.
Las condiciones: sólo se pueden usar los ojos.
Sella el pacto con un beso y nos dirigimos directos hacia una de las calles en las que suele haber algo más de tráfico por la presencia de un cruce y que conozco bien porque queda justo detrás de mi casa. El se queda atrás apoyado sobre un kiosco de prensa dejándome espacio y yo me aproximo al borde de la acera aprobechándo que se abre el semáforo poniéndose en intermitente. Camino despacio por la acera. Veo que el siguiente conductor es un chico joven, bajo un poco los párpados, elevo la barbilla, miro de soslayo, me paro, fijo una sonriente mirada en la suya, el pasa justo por mi lado manteniéndome la mirada con la mandíbula desencajada y frenando la velocidad hasta que queda parado mirando por el retrovisor. No me quedo conforme, y veo que viene otro coche detrás y hago exactamente lo mismo con idéntica respuesta del varón conductor que al tardar en apartar la mirada por poco no colisiona con el de delante porque por suerte se percata en el último momento del coche que tiene en frente y le da tiempo a pegar un buen frenazo.
El ambiente se llena de bocinazos, gritos entre conductores y ruidos de motor. Divertida me alejo del casi accidente que se resuelve bien y me pongo apoyada a su lado en el kiosco también con los brazos cruzados
- Creo que cumplí la misión- Dije con voz cantarina.
Más contento que unas castañuelas me espetó:
- Anda, tira para la cafetería que tienes más peligro que yo.
Hola amigos del Upper East Side!
Os habla la reina cotilla y esta es una entrada especial, ya que trata sobre la fiesta anual más importante.
El lugar un hotel caro de la ciudad. La hora las nueve en punto.
Todo esta preparado: vestido, peluquería, maquillaje, no hay detalle sin ultimar. Y como nó, G, después de tantos años de trabajo duro asistirá.
De hecho se la vé bajando de un mercedes clase C plateado, vestido corto, palabra de honor azul de raso bajo un abrigo blanco del mismo material, abriéndole una puerta uno de los atentos botones que van reciviendo los coches de los convidados al evento.
Poco a poco van llegando y hay una pequeña recepción de los organizadores de los que G conoce y saluda ya que hace tiempo que no ve, todas están preciosas, y algún que otro caballero enarca las cejas al ver a nuestra protagonista pasar.
- ¡Hola Noa! cuanto tiempo!
- ¡Pero bueno niña!, ¿dónde te metes? si últimamente estás perdida, por cierto estas increible.
- Gracias, tu estas expléndida la verdad, guapísima. Bueno ya sabes que yo llevo otro ritmo y que no suelo parar.
Mientras se ponen al día, aparece el doctor, el padrino de la promoción.
- ¡Doc! Cómo me alegro de verte
- ¡Hola Gal! Acabo de ver a tus padres. Yo también me alegro de que hayas venido. ¡Hola Noa! Bueno, bueno ¡que guapa estas! Y a ti Gal.... ¡A ti ya no te digo nada!
- Jajaja bueno.
- Esta vez si Gal... esta vez si....- expresando inciertamente un secreto que ambos compartían- ¿Por cierto? ¿Que tal con tu chico?
- ¿Chico? ¿Qué chico? Si hace seis meses o más que lo dejé...
- ¡Mi más sincera enhorabuena!- dice estrechándole la mano- Y ¡ lo feliz estarás!
- Pues si la verdad esque no me puedo quejar. Mucho más tranquila.- Contesta entre risas.
Una compañera que se encontraba próxima a la conversación se queda extrañada ante la reacción de Doc pero G entre risas se apresura a explicar.
- Jajajajaja. Esque Doc y yo compartimos una historia personal...a estas alturas ya casi familiar, y le conoció y conoce detalles de la relacción. Yo conozco a sus hijos, su mujer...he estado en su casa...
- ¡Ah vale! ¡Ya me había quedado en estado de shock! De acuerdo que Doc se implica con nosotros pero vaya...!Ya me parecían demasiadas confianzas!
El evento va a comenzar y aunque el grupo de amigos tarda un rato en llegar. Todo el mundo está feliz en el ambiente se palpa la emoción y la curiosidad del modelito del vecino, para que nos vamos a engañar. Pero a G le da lo mismo sabe que está radiante y ella quiere disfrutarlo todo al máximo.
Por fin se producen reencuentros, besos, palmadas en las espalda, piropos entrecruzados y revisión de indumentaria. Es normal, se pasan media vida viéndonose en pijama, al final lo erótico resulta verse de puesta de largo.
Antes de la cena, se ofrecen aperitivos, exquisitos en vista, tacto y gusto, mientras que los invitados charlan animadamente ...y distraidamente. G con un antiguo compañero, ahora prometido con una de sus amigas.
- ¿Que tal Clo? ¿Que sabes de ella?
- Bien- ya tárdaba en preguntarle por ella- está en Londres, aunque dice que trabaja mucho, pero ya sabes cómo es, hace teatro y kick boxing...si cuando estaba aqui iba a clases de tango...
- Guau...ya ya veo... me alegro de que le vaya bien.
Compartían un secreto, el no estaba muy seguro pero suponía que estaba enterada ya que G y Clo eran como uña y carne: años atrás tras un año de la relación con su actual prometida, Clo y él habían mantenido un escarceo amoroso. Pero no era ella la encargada de remover el pasado... ¿O si?...
- Por cierto... ¡Enhorabuena!
- Jejejej gracias, al final me decidí a dar el paso.
- Me alegro.
- Y yo, no creo que encuentre a otra mejor...o al menos una que me aguante a mi jajaja.
- ¡Eso desde luego! jajajaja
De pronto hablan todos tan distraidamente que mietras una amiga de G se quita el abrigo su codo de repente ¡paff! Va a parar al aperitivo líquido que G tiene en las manos... con tan mala fortuna que cae una gran mancha que cruza todo el vestido de G de arriba abajo.
- ¡Lo siento muchísimo!
- ¡Dios!- dice el acompañante- corre a hacer algo.
- Sí, será lo mejor. ¡Lu, te mato! - dijo G mientras corría hacia las cocinas, aunque su tono y mirada no era de enfado sino de alguien que va a darle un collejón al otro porque se lo merece.
Con amabilidad pregunta por un quitamanchas pero prefieren no darselo por si deja cerco. El cámarero se excusa un momento y en brebes instantes aparece en subdirector del hotel.
- ¿Necesita algo?
- Si, por favor, ¿cabría la posibilidad de que me diesen un quitamanchas o algún producto que me ayude a limpiar esto?
- Mejor acompañeme a la zona de textil a ver si se les ocurre algo mejor.
G se pierde entre los pasillos que nunca se ven de los hoteles, aquellos que sólo salen en las películas, cuando alguien escapa por las cocinas o vías de servicio, aquellos cuyos secretos sólo conocen los que trabajan a diario y se monta en un ascensor con el subdirector del hotel.
- ¿Que es lo que le ha pasado?- se interesa en saber mirando el vestido.
- Pues que una amiga sin querer, al quitarse el abrigo, con el codo me ha dado en el chupito de gazpacho y no he sido lo suficientemente rápida en quitarme.
- ¿Realmente ha sido sin querer o esque iba más guapa que ella?
- Jajajajaja pues bueno, no sabría decir, el subconsciente es muy traicionero...jajajaja.
- Ya hemos llegado.
¿Sería verdad? ¿ O simplemente sería un desafortunado percance?
Entraron en una habitación subterránea rodeada de tubos por techo y paredes,llena de planchas, secadoras y ropa en proceso de limpieza. El subdirector del hotel explica a la empleada lo sucedido, y le pide si puede hacer algo.Se despide y la deja en sus manos.
-¿Que te ha pasado?
- Una amiga sin querer con el codo ha volcado el chupito de gazpacho, a lo que me ha preguntado su compañero si no sería por envidia al verme más guapa que ella jajaja asique ya vé me acaban de colocar una medalla al merito militar y de alto rango...porque no vea lo grande que es.
- Jajaja... bien vamos a ver... lo más fácil será que te quites el vestido.
- Claro sin problemas.
- Espera, creo que tengo por aqui una bata...mmm está algo manchada pero no es que esté sucia...
- No se preocupe, estoy acostumbrada a ponerme batas con manchas inalterables aunque estén recien sacadas de la lavadora.
A la empleada se le ocurre hacer lo de toda la vida, aplicar Jabón Lagarto. Mientras tanto G llama a su madre, le explica lo sucedido, se rie del comentario del subdirector y le pide que esté atenta, por si la mancha no tiene solución inmediata que pueda acercarle otro vestido, más que nada, es una pena por las fotos, nada más.
Entre tanto llama Lu.
- ¡Digamelo!
- Tía, ¿dónde estas?
- En el cuarto de textil del hotel, que me estan lavando el vestido.
- ¡Ay! de verdad que lo siento, te dejo mi abrigo mientras tanto.
- No te preocupes, estoy desnuda y en bata...seguro que hasta estoy cumpliendo el sueño erótico de alguien...- ocurrencia que la que la empleada y Lu se rien- de verdad no te preocupes son cosas que pasan.
- Te pago lo que te cueste la tintorería... Lo que haga falta.
- Deja de decir tonterías, esto no es nada.
- Bueno mantenme informada.
Mientras luchan contra la mancha la empleada y G conversan sobre planchas, secadoras y los remedios de toda la vida que suelen ser los mejores. En un momento la empleada se muestra preocupada y dice:
- Me estoy dando cuenta que la he estado llamando de tu, y usted en vez de llamarme de tu me está llamando de usted.
- jajajaja es una manía que tengo, a la gente mayor que yo siempre la trato de usted, tengo un doctor amigo mío que me lo reprocha cada dos por tres, me dice que le pongo años encima.
- Si... y yo esque la veo tan jovencita...Ruego me disculpe.
- Para nada mujer, aqui no se entera nadie, estamos entre amigas.
La mancha milagrosamente sale, el vestido es planchado y una vez se ha enfriado puesto. Momento de tensión superada. G quiere dar una propina a la tan amable empleada pero ésta no se lo consiente y le dice:
- Lo único importante esque esté contenta.
Vuelta a la fiesta. es acogida con clamor por el preocupado grupo. Y las risas continúan, la cena se sirve y se paladea, la ceremonia se celebra otrogándose los siguientes premios:
- Premio Padrino: Por aclamación popular, a Doc, por ser aquel profesor que se involucra y te apoya incondicionalmente seas quien seas.
- Premio Símpatía: Al profesor que siempre tiene una sonrisa puesta y las buenas maneras son como un don en su personalidad. El público pidió a gritos que por favor se enfadara por una noche para ellos.
- Premio Juan Valdés: Para aquel profesor que siempre tarda en atender por que tiene problemas con el ticket del parking o sobre todo con la maquina de café...Curiosamente la profesora elegida, no estaba en la sala y otra profesora hizo los honores de recoger el premio..." en diez minutos vuelve esque ha ido a por café..."
- Premio Wanted: En esta clasificación se encuentra aquel profesor que se caracteriza por tener una larga cola de alumnos detrás de él esperando a que se les corriga.
- Premio Fashion: Otorgado a la profesor/a que más monísimo llega vestido aunque caigan chuzos de punta.
- Premio Guaperas: Otorgado al profesor que deja más suspiros femeninos tras él al pasar. Sobreestimado a mi parecer...aunque hay tras él un escándalo ya que dejó a su mujer por una alumna. Ya se sabe los casos clinicos y el trabajo codo con codo unen mucho...
- Premio Limón: El profesor menos popular.
- Premio Naranja: EL profesor más popular, sobre todo por las bromas, las expresiones y el trato desenfadado y de ayuda hacia los chavales, de hecho es un chollo que te vigile el examen porque te chiva las preguntas como te descuides.
Tras estas categorías y la captura de almas en formato digital posterior, el baile y la barra libre es bien acogido.
Cuando ya comenzaban a haber damasiados pies cansados por tacones y cristales rotos por el suelo. nuestra protagonista se despide, porque prefiere deleitarse con lo vivido en la fiesta y evitar que algún ebrio lo enturvie.
Decide coger un taxi.
Saliendo por el recividor se encuentra con el subdirector del hotel y le pregunta:
- ¿Que tal ha ido todo?
- Sencillamente perfecto.Muchas gracias por todo.
Aunque hubiese sido perfecto si hubiese habido un detalle más, en realidad si dentro de la ecuación hubise habido una persona más...
Cuando sube al taxi el conductor cambia de emisora de mottu propio por agradar a la dama para acompañar el trayecto al ritmo de suave música de piano.
Y aqui se acaba el día de hoy. Entre sueños y música de piano se despide y os quiere:
Soy mentirosa cuando hago creer que me lo tengo muy creido, cuando me muestro altiva y miro por encima del hombro...
al finjir que todo me resvala, que nadie puede hacerme daño si yo no quiero, cuando actuo haciéndo ver que me da igual...
si me hago la tonta y hago como que no veo,no oigo, no palpo y no me altera el gusto...
cuando aparto de mí los pensamientos que me consumen y sólo pienso en canciones...
siempre que canto miento, porque no siento nada de lo que estoy pronunciando...
miento siempre que me pongo un muro en el corazón para que no me hagan daño,pero como quedan espinas al empujarlas con las piedras sigo sangrando por dentro...
cuando finjo que no quiero a los que más quiero, pero es porque no quiero que salgan corriendo tras demostrarlo o decirlo como tántas veces antes...
Ya casi habían llegado los meses del final del curso y los días de verano se iban notando. El sol iba picando en la piel y las horas en las aulas ya comenzaban a resultar más sofocantes y pesadas de lo que solían.
El aula de "El Tuercas" como así llamábamos al profesor de tecnología, se encontraba en "La Montaña" como nos gustaba llamarla aunque no era más que un campo de fútbol de arena reglamentario, antiguamente ocupada por una piscina en la que según la rumorología, se había ahogado un alumno y que tras el escándalo se cerró y transformó. "La montaña" de arena quedaba a nivel superior respecto al edificio principal, y ahí el nombre que había pasado de generación en generación.
A parte del aula de tecnología al mismo nivel, podíamos encontrar el despacho de los profesores de educación física, los vestuarios y "La Casa Encantada" dónde se decía que habita alma perdida del alumno ahogado en la piscina, aunque si tuviese que apostar, diría que fue una chica huyendo de tanto cura pederasta y acosador. Todas éstas estancias estaban conectadas por un no muy amplio pasillo de losa de piedra ya que a continuación se encontraban las gradas del campo de fútbol.
Las gradas cuando hacía buen tiempo, a parte de su uso habitual como acogida a los espectadores de los partidos de los fines de semana, eran ocupadas por los estudiantes de tecnología por eso de que no está reñido la educación con el aprendizaje al aire libre y porque además, se podía charlar más tranquilamente y se sumaba la posibilidad de que si había un grupo haciendo educación física era un sitio estupendo para controlar a aquel alumno o alumna que te gustaba.
Andaba buscando al profesor de educación física por una prueba de atletismo que no había podido realizar por enfermedad, cuando subiendo por las escaleras me topé con unos alumnos que conocía en las gradas, aprovechando los primeros rayos de sol, pero como es obvio, se encontraban más pasando el rato distendidamente que trabajando en lo que debían.
Eran tres, todos ellos algo menores que yo, dos amigas mías del grupo de los sábados por la tarde, el otro era un chico muy mono que me sonaba de vista.
Como tenía tiempo me detuve un rato con ellos a charlar, preguntarles sobre cotilleos sentimentales, sobre todo de los chicos del curso superior al mío, algo que solía ser mono tema por lo general, la fiesta del grupo de fin de curso y alguna que otra broma.
La conversación realmente se centraba en ellas dos, porque aunque el chico reía de vez en cuando, no decía una sola palabra, lo único que destacaba era que no apartaba la vista de mi, de hecho nunca antes, ni posteriormente a aquel día, me han mirado tan detenidamente.
Cuando ya la curiosidad pudo conmigo, le pregunté:
- ¡Ey! ¿Tan extravagante te parezco que no sales de tu asombro? No te asustes hombre que estoy un poco loca pero no hago daño a nadie...jajajaja
- Nada de eso- me dijo.- No es por eso por lo que te miro.
- ¿No? ¿y entonces?
- Simplemente estoy mirando a mi ángel de la guarda.-Añadió con una increíble mezcla de admiración y ternura con la mirada fija en mis ojos.
Nos quedamos todas sorprendidas y calladas ante tal revelación y cuando me recuperé un poco pregunté:
- A que te refieres, yo no soy nadie especial.
- Para mi sí. Tú me salvaste la vida.
- ¿¡Yo!? ¿Cuando?- esta es la manera más original de ligar que me han mostrado hasta el momento, pensé.
- ¿Recuerdas el niño que apartaste hace tres años en el accidente del semáforo, cuando se cayó en la acera? Pues ese niño, era yo y te quiero dar las gracias, porque si no me llegas a quitar del medio, me hubiese aplastado y ahora no estaría aquí.
Era verdad. Me pilló. No había nada que añadir a eso. Incluso un " de nada" me parecía mal. Algo abrumada aún, no tuve más opción que rendirme a sus encantos, acariciarle el rostro, sonreír y decirle:
- Pues me alegro de haber salvado a un chico tan guapo y tan encantador.
Aún no había amanecido del todo y como añadido se sumaba un día nublado.
Se ocupó de vestirse rápidamente, desayunó en un suspiro y mal, como todas las mañanas, y revisó si no se olvidaba nada que fuese a necesitar, intentando no hacer mucho caso del nerviosismo que la acompañaba, como si alguien la estuviese observando desde las sombras.
El silencio era casi ensordecedor y la oscuridad practicamente total en el recividor sin ventanas.
Se apresuró hacia la entrada, intentado actuar como si la sensación de que algo la acechaba a su espalda no existiese, abrió la puerta de la calle dispuesta a emprender su camino pero al cerrarla, ésta no completó su recorrido quedándose a la mitad del camino, como si una fuerza extraña impidiese que la cerrase.
El corazón le dio un brinco. Un extraño escalofrío le corría por la espalda. Decidió ser valiente guardar la calma y mirar si había algo al otro lado le dificultara completar la acción.- No seas paranóica- pensó para sí misma, respiró profundamente y miró tras la puerta.
Nada. Nadie detrás, nada con lo que se pudiese enganchar, solo un triste cuadro colgado en la pared.
Volvió a cerrarla pero ocurrió de nuevo. La puerta no alcanzaba el marco. Intentó forzarla una y otra vez cada vez más nerviosa, pero nada no había forma algo hacía siempre que la puerta retrocediera.
Con ansiedad creciente, casi encomendándose al cielo bajo la cabeza y se preparó para dar un fuerte estirón. Fue cuando lo vio. Sus ojos se abrieron como platos cuando descubrió...descubrió que su jodido pié, enfundado en la puta bota de montaña, se encontraba justo en el medio. - Pero seré gilipollas...- murmuró para sí.
Echó la llave, ya recompuesta y bajó las escaleras riéndose en silencio de su propia estupidez. Cuando llegó al portal, descubrió en una esquina, una gran sombra que se giraba lentamente hacia su dirección, contuvo el aliento y...
- ¡Joder Jeros! ¡Que susto que me has dado, la madre que te parió!- dijo ella agarrándose el pecho antes de que el corazón se le escapase de tanto latir precipitada y alocadamente - ¿Qué haces aquí a oscuras?
- Jajajajaja- rió con su risa característica de labios cerrados- Esperando a MM.¿Y eso? Sé que soy feo pero hasta ese extremo...
- Hijo, la sugestión... la sugestión y un novio gilipollas que intenta "curarme" de mi disgusto hacia las películas de terror poniéndome anoche "El proyecto de la bruja de Blair".